viernes, 27 de abril de 2012

ENTREGA ORDENES MENORES







El dia 22 de este mes el hno ministro provincial José Antonio Jordá, instituyo lector y acólito a Fray José Daniel Llacér Ibáñez hermano profeso de la provincia franciscana de Aragón , Valencia y Baleares. El acto tuvo lugar en la capilla del convento de San Francisco de Zaragoza.

domingo, 15 de abril de 2012

Domingo de la Divina Misericordia

Jesús, en Ti confío
 
"Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: 'Jesús, en Ti confío'. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero" (Diario, 47) (Palabras de Jesús a Santa María Faustina Kowalska, citas tomadas del Diario)
El primer domingo despues de resurrección se celebra la fiesta de la Divina Misericordia. Misericordia Divina, no tiene limites y se resume en tres palabras Jesus Confio en Ti. Cuanto cuesta creer en lo intangible , en lo que no vemos, pero Él esta ahí. La crisis, el paro, y los demas condicionamientos de esta de esta sociedad que hemos creado en uso de nuestra propia libertad individual, nos llena la cabeza el corazón y el alma y por tanto es muy dificil dejar hueco al amor misericordioso de Jesus. Vale la pena vaciarnos de preocupaciones y diciendo Jesus Confio en Ti, dejar espacio a su amor misericordioso para que obre milagros . 

domingo, 8 de abril de 2012

¡Jesus ha Resucitado! Felices Pascuas


b

  En estos días pascuales los cristianos gritamos al mundo que Cristo HA RESUCITADO VERDADERAMENTE, y lo hacemos con una alegría indecible, que trata de expresar la inefable palabra: «¡Aleluya!».

 ¡Cristo ha resucitado! Esta es la gran verdad de nuestra fe cristiana. Aquel, al “que mataron colgándolo de un madero” (Hech 10, 39) ha resucitado verdaderamente, triunfando sobre el poder del pecado y de la muerte. Ante quienes niegan la resurrección de Cristo o la ponen en duda hay que afirmar con fuerza que la resurrección de Cristo es un acontecimiento histórico y real que sucede una sola vez y una vez por todas: El que murió bajo Poncio Pilato, éste y no otro, es el Señor resucitado de entre los muertos: Jesús vive ya glorioso y para siempre. La resurrección de Jesús no es fruto de una especulación o de una experiencia mística, ni una historia piadosa o un mito; es un acontecimiento que sobrepasa la historia, pero que sucede en un momento preciso de la historia dejando en ella una huella indeleble. La luz que deslumbró a los guardias encargados de vigilar el sepulcro de Jesús ha atravesado el tiempo y el espacio. Es una luz diferente, divina, que ha roto las tinieblas de la muerte y ha traído al mundo el esplendor de Dios, el esplendor de la Verdad y del Bien.
La Pascua de Cristo es la verdadera salvación de la humanidad. Si Cristo, el Cordero de Dios, no hubiera derramado su Sangre por nosotros y no hubiera resucitado, no tendríamos ninguna esperanza: la muerte sería inevitablemente nuestro destino, y el pecado, la división, el odio, el egoísmo, la avaricia y el poder del más fuerte tendrían sin remedio la última palabra en la vida de los hombres. Pero la Pascua ha invertido la tendencia: la resurrección de Cristo es una nueva creación: es la nueva savia, capaz de regenerar toda la humanidad. Y por esto mismo, la resurrección de Cristo da fuerza y significado a toda esperanza humana, a toda expectativa, a todo deseo y proyecto de cambio y progreso verdaderamente humanos. La última palabra no la tienen ya la muerte, el pecado, el mal o la mentira, sino la Vida, la Verdad y la Belleza de Dios.