viernes, 23 de diciembre de 2022

Felicitación de Navidad de Fr. Miguel Angel Lavilla


 Hoy en la tierra,
nace el amor, 
hoy en la tierra,
nace Dios

Paz y bien a todos los que leéis estas líneas.

 A las puertas del año 2023, octavo centenario de la celebración navideña que San Francisco de Asís vivió en Greccio, y a la cual una tradición asocia el origen del belén, urge recordar el significado de la fiesta de la Navidad, cuyo sentido vemos difuminarse, distorsionarse e incluso cancelarse a nuestro alrededor.

 La máxima aspiración de Francisco de Asís, era vivir el evangelio y seguir las huellas de Jesús con todo cuidado y con toda su mente y todo su corazón, pues tenía tan presente la humildad de la encarnación y el amor de la pasión del Hijo de Dios, que difícilmente quería pensar en otra cosa, tal como nos lo cuenta su primer biógrafo Tomás de Celano.

Francisco deseaba celebrar la memoria del niño que nació en Belén y quería contemplar de alguna manera con sus ojos, lo que sufrió en su invalidez de niño y cómo fue reclinado en el pesebre. El entendía y vivía la Navidad así: la encarnación del Hijo de Dios, que revela la humildad y sufrimiento de Dios, su pobreza, debilidad y discapacidad. De manera espontánea surge la pregunta: ¿nuestra celebración de la Navidad en qué grado se asemeja a esta experiencia? La pregunta no es moralizante y tampoco alude a las vivencias de la Navidad que no son cristianas, fenómeno socio-cultural ya consolidado.

La noche de Navidad, junto con sus hermanos, gentes de Greccio y alrededores (Valle de Rieti), Francisco celebra la eucaristía sobre el pesebre, en una gruta próxima al pueblo de Greccio, y con antorchas y velas los participantes iluminaron el lugar y los hermanos con su canto de las alabanzas del Señor alegran la noche. Francisco ante el pesebre desborda de admiración y gozo, proclama el evangelio y predica sobre el nacimiento del Rey pobre de manera dulce y amorosa. Según el relato del citado biógrafo, aquella celebración impactó de tal modo en los participantes, que al finalizar todos regresaron a su casa colmados de alegría.

Con independencia del estilo del narrador, que subraya los aspectos maravillosos, muy lejano a nuestra mentalidad, alude a un hecho de aquel tiempo, que nos puede parecer extraño en una sociedad sacralizada cómo la del siglo XIII; y que sin embargo resulta de "rabiosa actualidad": el Niño Jesús estaba sepultado en el olvido de muchos corazones. El biógrafo asegura que este Niño resucitó en esos corazones, por su gracia, a través de Francisco y que su imagen, la del Niño, quedó grabada en los corazones enamorados.

Es hora de sacar al Niño de Belén del olvido de muchos corazones, con la ayuda de su gracia, por medio de nuestra vivencia cristiana de la Navidad. Para Dios nada es imposible, ese mismo Dios que desde la Noche Buena está en medio de nosotros, porque se hizo como uno de nosotros, para que nosotros llegáramos a ser semejantes a Él.

Feliz y Santa Navidad para todos, que el Dios humanado nos colme de su paz y alegría.

Vuestro Párroco

Fr. Miguel Ángel Lavilla

 

Pd: El relato de la Navidad de San Francisco en Greccio: Vida primera (Tomás de Celano) 84-87, puede leerse en el siguiente enlace, y donde también encontraréis otros textos relativos a esa Navidad.

https://www.franciscanos.org/enciclopedia/navidad1223.html


                

  Santuario de Greccio   


                                                                   
                                      Salida del sol desde el santuario Greccio
                                                               
 

 
                                              Gruta de Greccio

 

                                                                              Fresco de la Gruta de Greccio