viernes, 30 de julio de 2021

XVIII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B - 1 Agosto 2021



Lecturas XVIII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

  

PRIMERA LECTURA  

Lectura del libro del Éxodo 16, 2-4. 12-15




En aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo:

—«¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad».

El Señor dijo a Moisés:

—«Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: "Hacía el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios"».

Por la tarde, una banda de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana, había una capa de rocío alrededor de campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas dijeron:

—«¿Qué es esto?».

Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo:

—«Es el pan que el Señor os da de comer».

Palabra de Dios. 

Salmo responsorial: Salmo 77, 3 y 4bc. 23-24. 25 y 54

R. El Señor les dio un trigo celeste.

Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder. R.

Dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R.

Y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido. R. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 17. 20-24



Hermanos:

Esto es los que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya como los gentiles, que andan en la vaciedad de sus criterios.

Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo, si es que es él a quien habéis oído y en él fuisteis adoctrinados, tal como es la verdad en Cristo Jesús; es decir, a abandonar el anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos seductores, a renovaros en la mente y en el espíritu y a vestiros de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.

Palabra de Dios. 

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Juan 6, 24-35






En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:

—«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».

Jesús contesto:

—«Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros.

Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios».

Ellos le preguntaron:

—«Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?».

Respondió Jesús:

—«La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado».

Le replicaron:

—«¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo"».

Jesús les replicó:

—«Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».

Entonces le dijeron:

—«Señor, danos siempre de este pan».

Jesús les contestó:

—«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed».

Palabra del Señor. 


 REFLEXIÓN

En este evangelio Jesús deja las cosas bien claras. No todo sirve en el cristianismo.  Hay que bajar al fondo de nuestro ser y descubrir las motivaciones profundas de nuestro seguimiento a Jesús. Veamos algunos aspectos muy interesantes en este evangelio.

1.- “Vosotros me buscáis porque habéis comido hasta hartaros” El pueblo, la gente, entusiasmada con Jesús porque había saciado milagrosamente su hambre en el desierto, le busca y le hace esta pregunta: “Maestro, ¿Cuándo has venido aquí”? A esta pregunta Jesús no responde. Como no responde a tantas preguntas vacías y superficiales que nos hacemos en la vida: ¿Dónde vamos a pasar este fin de semana? ¿Qué matrícula de coche voy a comprar?  ¿Qué tiempo nos hará esta semana? Pero sí contesta a las preguntas de profundidad. A Jesús le interesa mucho las motivaciones de nuestra fe, el por qué seguimos a Jesús. Y le duele cuando le seguimos sólo pensando en cosas materiales. “Me buscáis porque habéis comido hasta hartaros”. Aquellos buscaban a un Jesús que les diera de comer todos los días sin trabajar. Jesús no está de acuerdo con esas miras tan cortas, con esas vidas tan reducidas. Dios desea siempre más. Por eso les invita a buscar otro pan, otra comida que permanece, que da vida eterna. Aquí no se refiere sólo a la vida después de la muerte, sino a un cambio de vida en este mundo. “Vida eterna es una vida distinta a la existencia de antes” (J. Guhrt). Es lo que ya había dicho Jesús en otra ocasión: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn. 10,10). La mejor manera de prepararnos para la “vida eterna” es     vivir esta vida en plenitud.

2.– ¿Qué debemos hacer para obrar según Dios?  Después de un diálogo con Jesús, las cosas cambian. Qué distinta la pregunta que le hacen ahora a la que le habían hecho antes.  Si cada día los cristianos escucháramos a Jesús, si cada día leyéramos con fe el evangelio, cambiarían nuestras preguntas y nuestras conductas. Lo que de verdad cambia a una persona es otra persona. Y la única persona que puede cambiar nuestra vida es Jesús. “La obra de Dios es que creáis en aquel que el Padre ha enviado”. Jesús es el único que puede llenar plenamente nuestra vida. Cuando Jesús llama a los primeros discípulos les hace una pregunta: ¿Qué buscáis? Ellos le contestan con otra: Maestro, ¿dónde vives? Jesús les dijo: “Venid y ved”. Aquí Jesús se presenta como la respuesta a todas nuestras preguntas; como la solución a todos nuestros problemas; como la plenitud a todos nuestros vacíos.  El texto no nos dice qué vieron, qué sintieron, qué palparon. Lo único que nos dice es que aquellos primeros discípulos ya no se apartaron de Jesús. Y se quedaron con Él (Jn. 1,39).

3.– Señor, danos siempre de ese pan. Aquí ya no hay una interrogación sino una afirmación: “Danos siempre de ese pan”. A Jesús no debemos ir nunca con nuestras respuestas sino sólo con nuestras preguntas. Es posible que Él mismo nos haga cambiar de preguntas. Y también que nos quedemos, como sucedió en este caso, con la respuesta que necesitamos. No queremos otro Pan, ni otro Vino, ni otro Camino, ni otra Luz, ni otra Sal, ni otro Tesoro, ni otra Verdad, ni otra VIDA que no sea JESUS.  En definitiva, es Jesús aquel que, en el fondo, todos buscamos y todos necesitamos.

PREGUNTAS

1.- ¿Busco a Jesús por interés material? ¿Le busco porque lo necesito? ¿O le busco porque me siento cautivado por Él?

2.– Más que preguntar a Dios ¿Dejo que sea Él el que me pregunte?  ¿Le dejo las preguntas abiertas?

3.- ¿Estoy convencido que Jesús ha sido lo más bello y bonito que ha ocurrido en mi vida?

viernes, 23 de julio de 2021

Solemnidad de Santiago Apóstol - 25 de Julio de 2021

 

Lecturas XVII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B





 

Lecturas Solemnidad de Santiago Apóstol
 Fiesta, 25 de julio


 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 33; 5, 12. 27-33; 12, 2



En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo.

Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó:

—«¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».

Pedro y los apóstoles replicaron:

—«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen».

Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos.

Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.

Palabra de Dios. 

Salmo responsorial: Salmo 66, 2-3. 5. 7-8 

R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15




Hermanos:

El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros.

Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.

Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.

Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros.

Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.

Palabra de Dios. 

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Mateo 20, 20-28






En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó:

—¿«Qué deseas?».

Ella contestó:

—«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».

Pero Jesús replicó:

—«No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?».

Contestaron:

—«Lo somos».

Él les dijo:

—«Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».

Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo:

—«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.

Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos».

Palabra del Señor.

MEDITACIÓN-REFLEXIÓN

Jesús nos dijo: “No será así entre vosotros”. Pero la historia es tozuda y nos dice; “Ha sido y sigue siendo así entre nosotros”. Creo que seguimos con la misma dinámica de los dos hermanos. Y para confirmar lo que digo no necesito ir a Roma. El escándalo lo llevo dentro de mi propio corazón. Me gusta ser importante, me gusta que me sirvan, me gustan los primeros puestos, me gusta todo lo que se opone al proyecto de Jesús. Estamos aquí para servir, para lavar los pies, para dar de comer al hambriento, para hacer la vida más agradable a la gente que lo pasa mal, aunque esto suponga que yo debo sacrificarme. Que quede claro que Santiago no mató ni a moros ni a nadie. Santiago se dejó matar por dar testimonio del Evangelio de Jesús. Ese Santiago que pedía los primeros puestos, fue trabajado por Jesús y fue capaz de “beber la copa del dolor” para parecerse más a él. Ojalá que en la España actual desaparezcan los “Santiagos-mata-moros”, los intolerantes, los que quieren imponer el evangelio por la fuerza de la espada. Y aparezca el verdadero Apóstol, el que quiere convencer con la fuerza de la verdad. la humildad y la bondad. El que rubrica con su propia sangre la verdad que predica.  El Papa Francisco nos advierte:” Existe el riesgo de no entender la verdadera misión del Señor: esto sucede cuando se aprovecha de Jesús, pensando en “el poder”. Esta actitud se repite en los evangelios. Muchos siguen a Jesús por interés. Incluso entre sus apóstoles: los hijos de Zebedeo querían ser, uno, primer ministro y el otro, ministro de economía, querían el poder. Esa gracia de llevar la buena noticia a los pobres, la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia, se vuelve oscura, se pierde y se convierte en querer algo del poder. Siempre existió esa tentación del poder y de la hipocresía, de pasar del estupor religioso que Jesús nos da cuando nos encuentra, a querer sacar una ventaja personal” (.Cf S.S. Francisco, 20 de abril de 2015, Santa Marta).

PREGUNTAS

1.- Cuando busco a Jesús, ¿qué busco? ¿Mis intereses personales o la voluntad del Padre?

2.- Ser cristiano es estar dispuesto a responder a esta pregunta: ¿Puedes beber el cáliz que yo he de beber? Soy realmente cristiano si   con decisión y humildad digo: PUEDO.

3.- Como Santiago, ¿estoy dispuesto a jugarme el tipo por Jesús?



viernes, 16 de julio de 2021

XVI Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B - 18 de Julio de 2021.

 


Lecturas XVI Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

 

PRIMERA LECTURA  

Lectura del libro de Jeremías 23, 1-6






Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño —oráculo del Señor—.

Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: «A los pastores que pastorean mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones —oráculo del Señor—.

Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países a donde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen.

Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá —oráculo del Señor—. 

Mirad que llegan días  —oráculo del Señor— en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra.

En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro.

Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia».

Palabra de Dios. 

Salmo responsorial: Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R. 

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R. 

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R. 

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.  

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 13-18




Hermanos:

Ahora estáis en Cristo Jesús.

Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos.

Él es nuestra paz.

Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio.

Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo.

Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio.

Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca.

Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

Palabra de Dios.  

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Marcos 6, 30-34


                                                                                   
                                          


En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:

—«Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco».

Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer.

Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado.

Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

 1.– VENID A UN SITIO TRANQUILO A DESCANSAR.  Aquí aparece un Jesús muy humano. Han ido a la misión y han venido contentos. Ahora quiere que descansen un poco y le cuenten cómo les ha ido. Y nosotros, ¿ya le contamos a Jesús cómo nos ha ido después de una experiencia apostólica? Jesús no les ha dicho a los apóstoles: “ID”. Les ha dicho: “VENID”. El Señor no quiere mandarlos solos a descansar. ¿Acaso podrían los apóstoles descansar sin Jesús? La palabra “descanso” es muy ambigua. Solemos decir de uno que acaba de fallecer: «Ya ha descansado”. Ya ha dejado de sufrir. Dios no nos ha creado para que no suframos, sino para que seamos felices. Ahora bien, ¿Dónde descansamos mejor? Descansamos cuando estamos en un ambiente bueno, con las personas que amamos. ¿Y los cristianos?  Cuando estamos con Jesús. Oigamos a aquellos apóstoles que son las columnas de nuestra fe. Que lo diga San Pedro: Señor, sin ti, ¿adónde iremos? (Jn. 6,68). Que lo diga San Pablo: “Para mí el vivir es Cristo” (Fil. 1,21). Jesús nos invita a descansar con Él. Como disfrutan las ovejas con su pastor. (Salmo 23). Como disfruta el amigo con sus amigos (Jn. 15, 14). Como disfruta la esposa con el esposo (2Cor. 11,2). 

2.– NO ENCONTRABAN TIEMPO NI PARA COMER. Nos preguntamos: ¿En qué empleaba Jesús el tiempo? San Marcos, en el capítulo primero, nos presenta una jornada ordinaria de Jesús, lo que solía hacer en un día. Y en verdad es de una actividad intensísima: Está en la sinagoga, llama a los discípulos, hace milagros, predica en Galilea, quiere ir a pueblos vecinos. Los discípulos lo dicen bien claro: “Todo el mundo te busca” (Mc. 1,37). Jesús vive desviviéndose por la gente. Pero hay un detalle que no podemos perder de vista: «De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, salió y fue a un lugar solitario, y allí se puso a hacer oración” (Mc. 1,35). Jesús estaba ocupado todo el día con la gente, pero siempre tenía tiempo para estar con su Padre-Dios. Antes de salir el sol, antes de estrenar el nuevo día, en el silencio de la noche, Jesús necesitaba llenarse de la ternura del Padre, de las caricias del Padre, de las palabras del Padre que dejaban estremecido a Jesús: ”Tú eres mi Hijo Amado en quien pongo todas mis complacencias” (Mt. 3,17). Esta es la raíz profunda de la vida tan llena y fecunda de Jesús. Con el rocío de la mañana Jesús se empapaba del cariño del Padre y su jornada rezumaba paz, alegría, bondad, dulzura. Sus palabras estaban llenas de frescura y novedad. “El amor ni cansa ni se cansa” (San Juan de la Cruz).

3.– JESUS VIO UNA MULTITUD Y LE DIO LÁSTIMA. Según el texto original, ese “le dio lástima” hay que traducirlo por “le dio un vuelco el corazón” Y esto es sumamente importante porque todo lo que dice y hace Jesús es revelación de su inmenso amor. Si Jesús hace un milagro con sus palabras, con sus manos, con sus ojos, con todo su cuerpo, antes lo hace con su corazón. Todo lo que dice y hace es expresión del amor. Todos los días nos vemos inundados de dones y gracias que el Señor nos hace. “desde la salida del sol hasta el ocaso”.  Al final de la jornada, debemos buscar un momento de silencio para decirle: Gracias, Señor, por todo lo que me amas. Nuestras obras valen por el amor que ponemos en ellas. “No son nuestras acciones como el oro que el que más vale es el que más pesa, sino como el fuego, que el mejor es el que más dista de la materia”. (San Francisco de Sales). Las obras, cuanto más distan de nuestro egoísmo, cuando más desinteresadas, más gratas a Dios.

PREGUNTAS

1.– Descanso cuando estoy con las personas que amo. ¿He sentido alguna vez gozo, paz, satisfacción, al descansar en Dios?

2.- ¿Estoy convencido de que el tiempo es un tesoro?  ¿Lo empleo bien? ¿O empleo el tiempo en perder inútilmente el tiempo?

3.– Seguro que hago muchas cosas. Pero ¿Me paro a pensar desde donde las hago?  ¿Desde mi egoísmo o desde el amor?



sábado, 10 de julio de 2021

XV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B - 11 de Julio de 2021.

 


Lecturas XV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B



PRIMERA LECTURA  

Lectura de la profecía de Amós 7, 12-15






En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós:

«Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país».

Respondió Amós:

«No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos.

El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel"».

Palabra de Dios. 

Salmo responsorial: Salmo 84, 9ab-10. 11-12. 13-14 

R. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.

El Señor nos dará lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R. 

SEGUNDA LECTURA




Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-14

Bendito sea Dios,

Padre nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

Por su medio hemos heredado también nosotros.

A esto estábamos destinados
por decisión del que hace todo según su voluntad.

Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo,
seremos alabanza de su gloria.

Y también vosotros,
que habéis escuchado la palabra de verdad,
el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis,
habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido,
el cual es prenda de nuestra herencia,
para liberación de su propiedad,
para alabanza de su gloria.

Palabra de Dios. 

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Marcos 6, 7-13





En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.

Y añadió:

—«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.

Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa».

Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor. 

REFLEXIÓN:

En este evangelio Jesús nos habla de palabras “claves” para entender bien la llamada y la misión. Veamos algunas:

1.- “Llamó Jesús a los doce y los envió”En la mente de Jesús, estos dos verbos: “llamar y enviar” deben ir siempre juntos. Lo dice explícitamente San Marcos: “Creó los doce para que estuvieran con ÉL y enviarlos a predicar” (Mc. 3,14).  ¿Qué significa estar con ÉL? Estar con ÉL significa entrar en relación con una persona que “de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración” (Mc. 1,35).  En la oscuridad de la noche, en soledad, sin los ruidos del día, Jesús sentía necesidad del encuentro inefable y maravilloso con el Padre. El Padre le atraía, le seducía, le quitaba el sueño. Cuando Jesús llama a los doce a “estar con ÉL” quiere comunicarles esta experiencia sublime que ÉL ha tenido con su Padre. Después vendrá la misión, el trabajo, la ocupación: “Todos te buscan”. Lo que la gente busca en Jesús no es sólo una curación física o una palabra de consuelo.  Jesús está lleno de Dios, lleno de amor, de alegría, de bondad, de misericordia. Y eso era lo que arrastraba a la gente que buscaba a Jesús.  El vacío existencial de Dios en el mundo que nos toca vivir sólo lo llenarán personas que, como Jesús, estén llenas de Dios. Y cuando uno está lleno de Dios, entonces, y sólo entonces, está capacitado para la misión. Lo importante es predicar lo que hemos aprendido de Jesús “estando mucho tiempo con ÉL”.

2.– Los mandó “de dos en dos”.  Alude a la comunidad de los doce. En el evangelio de Marcos, “la comunidad es muy importante”. Tanto que lo primero que hace Jesús es “formar el grupo”. En este evangelio “los discípulos” son tan importantes que Jesús no quiere hacer nada sin ellos. Lo siguen a sol y a sombra. Y cuando los envía a predicar y Jesús se queda solo, el evangelista corta la narración. Jesús admira a su primo Juan Bautista y le ha elogiado públicamente, pero no quiere seguir su estilo de vida. Sus discípulos no son elegidos para vivir en el desierto y llevar una vida ascética. “Juan ni comía ni bebía, pero el Hijo del Hombre come y bebe” (Lc. 7,33-34).  Jesús siempre está rodeado de sus discípulos y este estilo de vida es parte de su misión. Se evangeliza desde el grupo, desde la comunidad, desde la Iglesia. Y se lleva a los demás la experiencia de ese grupo que ha ido creciendo y madurando en la fe, en torno a Jesús. En estos momentos en que nuestras Iglesias se van quedando vacías, surge la necesidad de crear grupos en torno a la Palabra de Dios. Estos grupos sentirán necesidad de celebrar su fe en torno a la Eucaristía.  Hay que volver a los orígenes de nuestra fe. 

3.– Salieron a predicar la conversión. La palabra que usa en griego “metanoia” tiene gran fuerza. Es una revolución en nuestra manera de pensar y de actuar. Es un dar la vuelta a la tortilla. Si la gente piensa que lo importante es el “poseer”, los discípulos de Jesús han aprendido que más importante que tener es “compartir”. Si para la gente lo importante es dominar, tener poder sobre los demás; los discípulos de Jesús han aprendido que es mejor “servir”. Un servicio sin amor, esclaviza; pero un servicio por amor, nos hace personas libres. Jesús no ha venido a este mundo a ser servido sino a servir (Mt. 20,28). Y si el mundo piensa que se puede ser feliz ocupando los primeros puestos, mirando a los demás por encima del hombro, siendo más que los demás, se equivoca. “El más grande es el más pequeño” (Mt. 18,1-4).  “Hay más alegría dando que recibiendo” (Hechos 20,35). Y si en vez de dar, te sabes dar como Jesús, entonces la alegría llega a plenitud. 

PREGUNTAS

1.- ¿Soy consciente de que estoy en el mundo porque Dios me llama a llenar el mundo del evangelio?

2.- ¿Vivo mi fe dentro de una comunidad? ¿O me gusta ir yo solo por mi cuenta?

3.- ¿Se parece mi vida en algo a la vida de Jesús? ¿Intento, al menos, conseguirlo?



sábado, 3 de julio de 2021

XIV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B - 4 de Julio de 2021.

 


Lecturas XIV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

 

PRIMERA LECTURA  

Lectura de la profecía de Ezequiel 2, 2-5






En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía:

—«Hijo de Adán, yo te envió a los israelitas, a un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han ofendido hasta el presente día. También los hijos son testarudos y obstinados; a ellos te envió para que les digas: "Esto dice el Señor". Ellos, te hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos».

Palabra de Dios. 

Salmo responsorial: Salmo 122, 1-2a. 2bcd. 3-4 

R. Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.

A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en la manos de sus señores. R. 

Como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia. R. 

Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos. R.  

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 7b-10




Hermanos:

Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido:

«Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad».

Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo.

Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Palabra de Dios. 

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Marcos 6, 1-6





En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:

—«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».

Y esto les resultaba escandaloso.

Jesús les decía:

—«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».

No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe.

Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Palabra del Señor. 





REFLEXIÓN

En el evangelio aparecen muchas veces los escándalos y, en concreto, en este evangelio. Pero aquí no se refiere Jesús a los escándalos de tipo moral, esos que escandalizan a los niños y que tienen un castigo severo (Mc. 9,42). Aquí se trata de los escándalos de tipo doctrinal, de los que escandalizan a los paisanos de Jesús.  Y nos fijaremos en tres puntos: el escándalo de los paisanos, el escándalo de Jesús y el escándalo de la Iglesia.

1.– EL ESCANDALO DE LOS PAISANOS. Los paisanos de Jesús se escandalizan de que Jesús, que ha vivido con ellos treinta años haciendo lo mismo que ellos, ahora haga cosas distintas, incluso milagros. No aceptan la Encarnación de Dios en la sencillez, en la humildad, en la vida ordinaria en un pueblo insignificante. Sólo aceptan al Dios del A.T. que se manifiesta en el fuego, en la tormenta, en el huracán, en el paso majestuoso del Mar Rojo. No aceptan a un Dios que se puede manifestar también en la “suave brisa” (1Reg. 19,12) de los días ordinarios vividos con mucho amor. Nos cuesta aceptar un Dios que pasa por la vida “como uno más, como uno cualquiera” (Fil. 2,7).  No aceptamos un Dios que “trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre…en todo semejante a nosotros excepto en el pecado” (G.S. 22). Los hombres de todos los tiempos preferimos ese Dios Majestuoso, que habita más allá de las estrellas, a ese Jesús maravilloso que “se cansa, tiene hambre y sed” (Jn.4,4-6), “llora por la muerte del amigo” (Jn. 11,35). Y ante la muerte, se muere de miedo y de angustia, (Mc. 14,33) y siente necesidad de acudir a su Padre Dios.  Este es el Dios que necesitamos: uno de los nuestros, que entiende nuestros trabajos, sufrimientos y angustias porque “él mismo los ha vivido, los ha experimentado”.  Es nuestro hermano. 

2.– EL ESCANDALO DE JESUS. Jesús no se extraña, no se escandaliza de cualquier cosa. No se escandaliza de nuestras miserias y nuestros pecados. Tiene un corazón grande que sabe perdonar. Lo que le escandaliza a Jesús es “nuestra poca fe”.  Naturalmente se trata de la fe que Él quiere suscitar en el corazón de los creyentes: Una confianza ilimitada en Dios-Abbá, padre maravilloso a quien le podemos invocar con la sencillez, la ternura y el encanto con que un niño habla con su “papá”. Un Padre que no hace distinciones y “hace salir el sol sobre buenos y malos y manda la lluvia sobre justos y pecadores”.  (Mt. 5,45).  A Jesús le escandaliza que sigamos creyendo en ese Dios que nos habla de “año de gracia y de venganza” (Is. 61,2) y no se acepte a un Dios que “sólo hable de la gracia” (Lc.4,19). Esto es tan intolerable que sus mismos paisanos quieren despeñarle (Lc. 4, 29).  Estamos más a gusto con un Dios vengativo, justiciero, que trata de vencer por la fuerza de su poder antes de convencer con el encanto de su amor.  También Juan Bautista participaba de estas ideas y, estando en la cárcel, siente dudas de fe. ¿Será o no será el Mesías? Y Jesús se limita a decirle: “Dichosos los que no se escandalizan de mí” (Mt. 11,6). Es decir, dichosos los que no se escandalizan de que el Dios revelado por Jesús sea tan bueno, tan misericordioso, tan cercano, tan genial.

3.– EL ESCANDALO DE NUESTRA IGLESIA. El escándalo de la Iglesia no está en que los conventos y seminarios los tengamos medio vacíos, ni que la gente venga cada vez menos a Misa, ni siquiera que haya sacerdotes y religiosos manchados con pecados detestables que el Papa Francisco trata de erradicar.  El gran escándalo de la Iglesia es que no hemos cumplido con el mensaje principal de Jesús, el mensaje que, al ser el más importante, se lo guardó para el fin, como su “testamento”. Y este mensaje lo conocemos todos: “AMAOS UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO”. El escándalo de la Iglesia es que, como decía el Papa San Juan XXIII “este mensaje de Jesús, a veinte siglos de distancia, los cristianos lo tenemos sin estrenar”. Esta es la señal que nos dejó Jesús para conocer si somos cristianos o no. San Juan es contundente:” EL QUE NO AMA NO HA CONOCIDO A DIOS” (Juan 4,8). El que no ama no tiene ni idea de lo que es Dios. EL QUE NO AMA NO SABE ADONDE VA (Juan 2,11).  La Iglesia primitiva que era la admiración de los paganos porque los cristianos se amaban “MIRAD COMO SE AMAN” (Tertuliano. S.II) sí sabía adónde iba. Nuestra Iglesia está totalmente despistada, fuera de la pista del amor. LA IGLESIA SIN AMOR ESTA MUERTA (Juan 3,14). Busquemos donde está la raíz del escándalo de la Iglesia.   

PREGUNTAS

1.- ¿Estoy dispuesto a cambiar la imagen que tengo de Dios por la que me ofrece Jesús en el Evangelio? 

2.- ¿Me preocupa que Jesús se escandalice de mi mala fe, de mi poca fe?  ¿Qué voy a hacer para convertirme a Él?

3.- ¿Estoy dispuesto a cumplir el testamento de Jesús? ¿Qué medios voy a usar para conseguirlo?