miércoles, 27 de octubre de 2021

 



Lecturas XXXI Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

 

"Amor a Dios, Amor al prójimo" 
 

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro del Deuteronomio 6, 2-6




En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo:

—«Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: "Es una tierra que mana leche y miel".

Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.

Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria».

Palabra de Dios. 

Salmo responsorial: Salmo 17, 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab

R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 7, 23-28





Hermanos: Ha habido multitud de sacerdotes del Antiguo Testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor.

Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.

Él no necesita ofrecer sacrificios cada día —como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo—, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidad. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.

Palabra de Dios. 

 

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Marcos 12, 28b-34





En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:

—«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».

Respondió Jesús:

—«El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser". El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay mandamiento mayor que éstos».

El escriba replicó:

—«Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».

Jesús. Viendo, que había respondido sensatamente, le dijo:

—«No estás lejos del reino de Dios».

Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor. 


REFLEXIÓN

El amor a Dios fue un salto de gigante sobre el temor al amo poderoso y dueño de todo. En el AT el amor a Dios era absoluto, el amor al prójimo relativo, «como a ti mismo». Para la inmensa mayoría de los letrados, el prójimo era el que pertenecía a su pueblo y raza. Según la Torá, era perfectamente compatible un amor a Dios y un desprecio absoluto no solo a los extranjeros sino también a amplios sectores de su propia sociedad judía.

LA GENIALIDAD DE JESUS SOBRE EL AMOR. 

En realidad, estos dos mandamientos sobre el amor ya estaban en el A. T. Del amor a Dios se habla en Dt. 6,4. Es la famosa oración del Shemá que recita el judío todas las mañanas al levantarse: «Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser”.  Y en Lev. 19,18, se lee: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.  ¿Dónde está la novedad de Jesús?

1.– Jesús alivia, aligera, quita cargas pesadas. En tiempo de Jesús había que cumplir más de 6oo preceptos que obligaban en conciencia y que ya el sólo retener en la memoria, era una pesada carga. Jesús protesta: “Atan cargas pesadas y las echan a la espalda de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas” (Mt. 23, 4). Con Jesús todos esos preceptos quedan reducidos a dos: amar a Dios y amar al hermano. ¡Qué alivio! Por otra parte, como se trata de una ley “de amor” deja de ser pesada.   “El amor ni cansa ni se cansa” (San Juan de la Cruz).

2.– Jesús une dos mandamientos que estaban separados. Separados en dos libros distintos, y separados en la vida. Se podía amar a Dios y odiar al enemigo. Ahora van juntos y son como “vasos comunicantes”. ¿Sube el amor a Dios? Automáticamente sube el amor al hombre; y viceversa. “Y si alguien dice que ama a Dios y no ama al hermano, es un embustero” (1Jn. 4,20).  Jesús no está de acuerdo con esas imágenes de Dios que aparecen en el A.T. y hablan de prepotencia, de venganza, de ira, de desquite. Y las sustituye por otras nuevas:  Pensad en Dios como en un campesino que siembra, en un médico que sana, en un pastor preocupado por su rebaño, en una mujer feliz de haber encontrado su moneda, en un padre que se vuelve loco de alegría al recuperar a su hijo … o mejor todavía, pensad en vuestra propia madre. Así de tierno, así de cariñoso es Dios.

3.– Jesús nos motiva, nos incentiva, desde dentro, a amar. Por el misterio de la Encarnación, Dios no sólo nos ama, sino que se instala en el corazón de cada uno de nosotros, se identifica con nosotros. “Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, estaba desnudo y me cubristeis, en la cárcel y me visitasteis” (Mt. 25 ,36). Cuando caen las escamas de nuestros ojos y, como Pablo, descubrimos que todo lo que hacemos a uno de nuestros hermanos se lo hacemos a Jesús, ya no tenemos ninguna excusa para no amar. Por otra parte, nada nos hace crecer y madurar en la vida como el amor concreto y desinteresado al hermano. El amor nos “humaniza”.

PREGUNTAS

1.- ¿Vivo mi fe con holgura, con anchura de corazón, es decir, sin miedos, sin prejuicios, sin amenazas, con esa libertad que me da Jesús?

2.- ¿Sé unir en mi vida práctica el amor a Dios y el amor a mis hermanos?  ¿Se lo pido al Señor todos los días?

3.- ¿Caigo en la cuenta de que mis motivaciones para amar son mucho más fuertes que las que pueda tener un marxista, un humanista?

viernes, 22 de octubre de 2021

XXX Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B - DIA DEL DOMUND - 24 de octubre de 2021.

 

Lecturas XXX Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

 

 



 «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído»

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro de Jeremías 31, 7-9






Así dice el Señor:

«Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos:

proclamad, alabad y decid: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel. 

Mirad que yo os traeré del país del norte, os congregaré de los confines de la tierra.

Entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas: una gran multitud retorna.

Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos: los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán.

Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 

R. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R. 

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R. 

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R. 

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla:
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R. 

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 5, 1-6







Hermanos:

Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para presentar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.

Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades.

A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.

Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec».

Palabra de Dios.

 

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Marcos 10, 46-52




En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:

—«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».

Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más:

—«Hijo de David, ten compasión de mí».

Jesús se detuvo y dijo:

—«Llamadlo».

Llamaron al ciego, diciéndole:

—«Ánimo, levántate, que te llama».

Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

Jesús le dijo:

—«¿Qué quieres que haga por ti?».

El ciego le contestó:

—«Maestro, que pueda ver».

Jesús le dijo:

—«Anda, tu fe te ha curado».

Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Palabra del Señor. 


REFLEXIÓN

Examinemos los verbos que usa el texto acerca del comportamiento de Jesús:

1) Se detuvoNo puede seguir adelante su camino cuando hay alguien que sufre, que grita. Jesús va de camino y tiene muchas cosas que hacer, pero ante una necesidad, no puede seguir adelante, sabe detener el tiempo. En realidad, para Jesús, tener tiempo es emplearlo para hacer el bien.

2) Lo llamaPara Jesús toda persona es importante, no es un número, tiene un nombre. Es importante el detalle. No lo llama él personalmente, sino que dice: Llamadle. Aquellos que no querían escuchar los gritos del ciego, son ahora los que van a llamarle. Jesús quiere que la gente se implique, colabore en hacer una nueva humanidad.

3) lo cura. Le devuelve la vista. Y con la vista lo rehabilita para poder ganarse la vida sin necesidad de mendigar.

El camino de Jesús sólo lo puede recorrer aquel que es iluminado por Jesús. El seguimiento de Jesús en este ciego tiene unas características especiales:

1.-«Arrojó el manto»

El manto es su instrumento de trabajo. Es aquello que lleva el pobre para protegerse del frío en las noches. «Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de la puesta del sol, porque es lo único que tiene para cubrir su cuerpo. Si no, ¿con qué va a dormir?» (Ex 22, 25-26). Y, sin embargo, lo arroja. No se queda nada.  Se ha encontrado con Jesús y ya no necesita nada. Es lo contrario del joven rico. Éste tenía muchas riquezas y prefirió las riquezas a Jesús. El ciego, una vez que se encontró con Jesús, no necesitó más que a Jesús. Por eso tira hasta el manto, lo único que tenía.

2.- “Dio un salto«.

 Es el salto de gozo, de júbilo, de entusiasmo, al encontrarse con Jesús. Es lo contrario del joven rico que se quedó con su riqueza, pero se quedó muy triste.  Es lo contrario de la vulgaridad y mediocridad de los discípulos que siguen a Jesús de mala gana, sin entusiasmo, sin alegría, sólo preocupados por los primeros puestos, por ser los importantes. Es lo que suele ocurrir en la vida de muchos cristianos, no puede haber cristianismo sin alegría. El encuentro con Jesús es fuente inagotable de gozo. Lo dice muy claro el Papa Francisco: “la alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús” (E.G. 1).

3.- “Y siguió a Jesús por el camino».

Y el camino conducía a Jerusalén donde Jesús iba a encontrarse con la Cruz y con la muerte. Lo normal hubiera sido ir a su casa y comunicar esa noticia a los familiares. Una vez que ha conocido a Jesús ya no tiene tiempo sino para seguirle. Y seguirle por el camino que le ha marcado Jesús. Este ciego de nacimiento será el modelo auténtico del cristiano de todos los siglos. Es el que nos enseña el verdadero seguimiento a Cristo. San Pedro seguía a Jesús, pero se escandalizó de la Cruz. Los apóstoles seguían a Jesús, pero sólo pensaban en sus propios intereses. Sólo el ciego sigue a Jesús sin poner condiciones. Seguir a Jesús no es copiarle desde fuera sino sumergirse en su persona y bajar con Él a beber de la misma agua y del mismo pozo.  “Cristo no sólo vino a realizar la obra de la Encarnación. La palabra de Dios se hizo carne para llevar adelante la obra de la redención. El misterio de Cristo es también nuestro misterio. Lo que ocurrió en la cabeza debe ocurrir también en los miembros. Encarnación, Muerte y Resurrección; es decir, arraigo, desarraigo, y transformación. Una vida no es auténticamente cristiana si no contiene ese triple riesgo”.

PREGUNTAS

1.– Cuando tanto me cuesta desprenderme de las cosas, ¿no será que Jesús no es todavía el Absoluto en mi vida?

2.- ¿Vivo mi fe en Jesús con verdadera alegría? ¿Brillan mis ojos ante el descubrimiento de Jesús como un tesoro que estaba escondido?

3.- ¿Sé ponerme detrás de Jesús para que sea Él quien me marque el camino? 




jueves, 14 de octubre de 2021

XXIX Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B - 17 de Octubre de 2021

 


Lecturas XXIX Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

 


 

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro de Isaías 53, 10-11




El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento,
y entregar su vida como expiación:
verá su descendencia, prolongará sus años,
lo que el Señor quiere prosperará por su mano.

Por los trabajos de su alma verá la luz,
el justo se saciará de conocimiento.

Mi siervo justificará a muchos,
porque cargó con los crímenes de ellos.

Palabra de Dios. 

Salmo responsorial: Salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 

R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 14-16



Hermanos:

Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.

No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado.

Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Palabra de Dios. 

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Marcos 10, 35-45





En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:

—«Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir».

Les preguntó:

—«¿Qué queréis que haga por vosotros?».

Contestaron:

—«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».

Jesús replico:

—«No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?».

Contestaron:

—«Lo somos».

Jesús les dijo:

—«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado».

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.

Jesús, reuniéndolos, les dijo:

—«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.

Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos.

Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos». 

Palabra del Señor. 

REFLEXIÓN

 1.– PREGUNTA DE LOS DISCIPULOS Y RESPUESTA NEGATIVA DE JESUS.

La pregunta de los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan es inconcebible. Se realiza “camino de Jerusalén” donde Jesús les acaba de anunciar lo mucho que debe padecer antes de su muerte.  Y ellos, lejos de compadecerse, de estar más cerca que nunca de Jesús, de acompañarle con su cariño, sólo se preocupan de saber “quien va a ser el más importante de ellos”. Jesús les responde suavemente, diciendo que “no saben pedir”. Es lo menos que les puede decir. Agradecemos al evangelista Marcos que no haya suprimido la escena, que nos la haya contado. Así descubrimos la mezquindad de los apóstoles, su egoísmo, su afán de medrar y de ser importantes, es decir, todas esas miserias que anidan hoy día en nuestros viles y menesterosos corazones. La comunidad de Mateo se ha escandalizado de esta postura tan ruin de los apóstoles y la ha suavizado metiendo por medio a su madre (Mt. 20,20).  No nos extrañemos que, a muchas de nuestras interesadas peticiones, el Señor nos responda con un NO ROTUNDO.

2.– PREGUNTA DE JESUS Y RESPUESTA AFIRMATIVA DE LOS DISCIPULOS.

Como ellos han manifestado que “no saben pedir”, ahora va a ser el propio Jesús el que formule la petición: ¿Podéis beber el trago amargo que yo he de beber?  Ellos, un tanto avergonzados, sin pensar mucho lo que decían, contestan: ¡PODEMOS!  Bonita palabra que debería aparecer siempre que uno quiere hacerse cristiano en el bautismo o afianzar su fe en el sacramento de la Confirmación. Ser cristiano es tener el coraje de decir sí a la vida, con sus limitaciones, sus sufrimientos, sus enfermedades, su muerte inexorable. Ser cristiano es vivir desviviéndose por los demás, hacer la vida un poco más grata a las personas que llevan una carga demasiado pesada. El cristiano no huye, no escapa de la vida, la afronta con todo realismo y “con mucho amor”.  Un servicio sin amor esclaviza. Y Dios nos quiere personas libres. Pero un servicio con amor nos hace libres, incluso nos hace felices. Después del lavatorio de los pies, donde Jesús cumple todo lo que ha dicho, hay una frase de Jesús maravillosa: «Y sabiendo como sabéis estas cosas, seréis felices si las cumplís” (Jn. 13,17). La felicidad no la promete Jesús a los que saben dar espléndidas lecciones, sino a aquellos que las ponen en práctica.

3.– ADVERTENCIA DE JESUS PARA TODOS LOS TIEMPOS: ENTRE VOSOTROS NO DEBE SER ASÍ.

“Entre vosotros”. Jesús cuenta con todas las miserias humanas. “Sabe muy bien qué hay en el corazón de cada ser humano” (Jn. 2,24). Pero  espera que los suyos, los cristianos, seamos distintos.  Los cristianos no somos seres privilegiados en lo exterior: tenemos los mismos problemas, las mismas dificultades, las propias limitaciones del ser humano. Pero tenemos algo especial: las palabras de Jesús, la vida de Jesús, la fuerza de Jesús por la Resurrección, el Espíritu de Jesús. Nosotros no podemos tiranizar, humillar, despreciar, deshumanizar. Al contrario, tenemos una bonita misión: HUMANIZAR. Debemos ser “pescadores de hombres”. Debemos luchar para que el hombre se realice plenamente como hombre y la mujer como mujer. “Él ha venido para que tengamos vida, y la tengamos en plenitud” (Jn. 10,10). 

PREGUNTAS

1.– Jesús, a las personas que ama, sabe también decirles que NO. ¿Sabemos nosotros decir que no a su debido tiempo? ¿Nos da miedo?

2.- ¿Sabemos decir que sí a lo que Jesús nos propone en el Evangelio? ¿Nos fiamos de Él?

3.- ¿Sabemos imponernos a los criterios del mundo, contrarios al evangelio? ¿Nos sentimos orgullosos de ser cristianos?




viernes, 8 de octubre de 2021

XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B - 10 de Octubre de 2021

 


Lecturas XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

  

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro de la Sabiduría 7, 7-11





Supliqué, y se me concedió la prudencia;
invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría.

La preferí a cetros y tronos,
y, en su comparación, tuve en nada la riqueza.

No le equiparé la piedra más preciosa,
porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena,
y, junto a ella, la plata vale lo que el barro.

La quise más que la salud y la belleza,
y me propuse tenerla por luz,
porque su resplandor no tiene ocaso.

Con ella me vieron todos los bienes juntos,
en sus manos había riquezas incontables.

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial: Salmo 89, 12-13.14-15. 16-17

R. Sácianos de tu misericordia, Señor. Y toda nuestra vida será alegría.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R. 

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Dános alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas. R. 

Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prosperas la obras de nuestras manos. R.  

SEGUNDA LECTURA

La palabra de Dios juzga los deseos e intenciones del corazón

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 12-13


La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón.

No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

Palabra de Dios. 

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Marcos 10, 17-30






En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó:

—«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».

Jesús le contestó:

—«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios.

Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».

Él replico:

—«Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño».

Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo:

—«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme».

A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.

Jesús mirando alrededor, dijo a sus discípulos:

—«¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!».

Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió:

—«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».

Ellos se espantaron y comentaban:

—«Entonces, ¿quién puede salvarse?».

Jesús se les quedo mirando y les dijo:

—«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».

Pedro se puso a decirle:

—«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».

Jesús dijo:

«Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones—, y en la edad futura, vida eterna».

Palabra del Señor. 


REFLEXIÓN

1.– Una afirmación: Jesús miró con cariño al joven.  “Se le acercó corriendo” y es que tenía muchas ganas de verle. “Se arrodilló”. Veía en Jesús algo especial. “Guardaba los mandamientos desde niño”. Era un muchacho, “cumplidor de la ley”.  Tenía dinero, mucho dinero, es decir, esta vida asegurada. Pero le faltaba algo: quería asegurar también la vida futura.  Por eso pregunta a Jesús: ¿Qué debo hacer para asegurarme también la vida eterna?  Él esperaba que Jesús le impusiera alguna otra ley o que hiciera alguna limosna especial. Pero Jesús le desconcierta cuando le habla de “dejar el dinero y darlo a los pobres” Después ya le podrá seguir. Esta alternativa de Jesús no encaja en su proyecto de vida. Y deja a Jesús. En realidad, lo que le propone Jesús es: “Si quieres ser perfecto”, es decir, si quieres llegar al final, si no te conformas con una medianía, con una vulgaridad, con ser uno más, uno del montón…Si quieres pasar del “tener al ser”.  “Aquel joven se quedó muy triste”. Y uno se pregunta: ¿Por qué? Jesús no le ha quitado absolutamente nada. Le ha dejado en libertad y con todo el dinero acumulado.  Aquel joven se dio cuenta de que, al abandonar a Jesús, había perdido la gran oportunidad de su vida.  Se había quedado con “su riqueza” pero había perdido la gran riqueza que es Jesús. Aquella primera mirada de Jesús se le clavó en el corazón, le persiguió, y no le dejó ya vivir en paz.

2.– Una admiración: !qué lástima! La pena, la lástima, el vacío, la decepción, acompañó a aquel joven durante toda la vida. Pero esa pena, esa decepción, esa frustración, acompañará a Jesús por toda la eternidad.  Y no habla aquí de condenación, sino de ver que ese joven no ha estado a la altura, no ha sido capaz de realizar los sueños tan bonitos que, desde toda la eternidad, Dios ha tenido sobre él.  “Desde toda la eternidad nos llamó para que fuéramos santos” (Ef. 1,4). Y lo que pasó a ese joven nos puede pasar a cualquiera de nosotros. A mí no me gustaría ir al cielo y encontrarme con un Dios decepcionado con mi vida. No quiero encontrarme con un Dios que me diga: Entra, pero “yo esperaba más de ti” Y tú y yo tenemos todavía tiempo para que esto no suceda. Todavía tenemos tiempo para adorar, alabar, amar, servir a los hermanos, hacer de nuestra vida “una ofrenda agradable a Él.

3.– Una interrogación: Y tú, ¿qué piensas hacer con tu vida? El problema del “dinero” no es que sea malo en sí y, de hecho, con él podemos hacer cosas buenas. Pero el Señor nos advierte en este evangelio del señorío que puede ejercer sobre nosotros. De tal manera puede avasallar nuestro corazón que ya no le deja libertad para optar por Jesús. Por otra parte, en un mundo concreto, con esas enormes desigualdades sociales, es imposible rezar el Padre Nuestro, decir que Dios es el Padre de todos, y dejar a nuestros hermanos muriendo de hambre, sin tener cubiertas las necesidades más elementales de la vida. En este sentido el “compartir” no es un lujo, es una apremiante necesidad.

PREGUNTAS

1.- ¿Nos dejamos seducir por la mirada de Jesús?  ¿Quién, si no es Él, podrá llevarnos a la realización plena de mi ser?

2.- ¿Nos preocupa que Dios no se quede contento con mi vida? Y esto ¿A qué nos compromete?

3.- El dinero nos ata. Y pregunto: ¿Se puede ser feliz estando atado?

 

domingo, 3 de octubre de 2021

Mensaje con motivo de la Festividad de San Francisco de Asís - 4 de octubre de 2021.




“Haz de mi Señor, un instrumento de tu paz”




                                                                                                                                                                             

Estimados hermanos Paz y Bien.

El Próximo lunes celebramos la Fiesta de San Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana, y cuya figura es la de un  hombre que encontró en Cristo toda su plenitud.

A lo largo de la historia le han llamado a San Francisco de muchas formas; todas ellas reflejan un aspecto de la vida del Santo de Asís.

1.- Uno de los títulos es “Alter Christus” (El otro Cristo) desde el encuentro con el Cristo de San Damián, el amor al crucificado, fue unos de sus grandes amores o pilares de su vida.

2.- Hijo de Dios,  en su proceso vocacional, Francisco va descubriendo la Paternidad de Dios a través de Cristo. Esta experiencia de ser hijo de Dios lo va a expresar de una forma muy gráfica, cuando se desnuda delante de la gente y el Obispo de Asís, Francisco devuelve sus ropas a su padre y exclama: “Hasta ahora he podido decir, padre mío, Pedro Bernardone, a partir de ahora, diremos, Padre nuestro que estas en los cielos”.

3.- El hermano universal,  ya que ha descubierto que Dios es su Padre de todas las criaturas, por eso él, sintiéndose criatura, por eso ama a la creación y la cuida, llamando  a todos hermanos: hermano Sol, hermana Luna, hermana Agua, hermano Fuego, Hermano Lobo….

Por eso la Fraternidad va a ser otro de los pilares de su vida.

4.- Un Hombre de fe, esperanza y caridad que le empujan a seguir las huellas de Ntro. Sr. Jesucristo.

5.- Un Hombre pacífico, cuya oración “Haz de mi Señor, un instrumento de tu paz” es un bello reflejo de que estamos llamados a reproducir en nosotros la imagen de Cristo que consuela, pacifica, sana y cura nuestras heridas…

·        Nos toca vivir en un mundo marcado por la violencia, de todo tipo, mirando a Cristo con los ojos de Francisco para que él nos ayude y nos de fuerzas para ser hombres y mujeres cargados de su paz y ser pacíficos.

·        En un mundo insolidario y egoísta, mostrar la cercanía al hermano cansado y necesitado de gente capaz de escuchar, orientar y acompañar a nuestros hermanos los hombres a encontrarse con el Señor.

·        El mundo de hoy, como el de ayer, necesita de personas que desde la vida ordinaria, sean testigos del Amor, de la Ternura y de la misericordia de Dios.

San Francisco no se cansaba de gritar: “El Amor, no es amado; el Amor, no es amado”, para que también nosotros supiéramos gritar esto mismo a nuestro mundo cansado y agobiado por tantas cosas.

·        Es verdad que este tiempo de la pandemia nos ha ayudado  a despertar el sentido de nuestra solidaridad, no solo desde Cáritas, que gracias a ella ha paliado muchas necesidades de todo tipo, si no también ha ayudado a que muchas personas anónimas hayan dado la vida por los demás

·        Que el Señor nos ayude a ser cada día más amigos de Jesucristo y seamos en el mundo testigos de esperanza.


¡Feliz fiesta de San Francisco de Asís!


Un abrazo muy grande.


Vuestro Párroco.


 

                         Fr. J. Jordi Escrivá dominguez

                                     ofm