sábado, 31 de agosto de 2013

Tiempo Ordinario:Domigo 22 Ciclo C



Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiástico (3,17-18.20.28-29):


Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso. Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios; porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes. No corras a curar la herida del cínico, pues no tiene cura, es brote de mala planta. El sabio aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a la sabiduría se alegrará. 


Palabra de Dios

Salmo

Sal 67,4-5ac.6-7ab.10-11


R/. Preparaste, oh Dios, casa para los pobres



Los justos se alegran, 
gozan en la presencia de Dios, 
rebosando de alegría. 
Cantad a Dios, tocad en su honor; 
su nombre es el Señor. R/.



Padre de huérfanos, protector de viudas, 
Dios vive en su santa morada. 
Dios prepara casa a los desvalidos, 
libera a los cautivos y los enriquece. R/.



Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa, 
aliviaste la tierra extenuada; 
y tu rebaño habitó en la tierra 
que tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (12,18-19.22-24a):


Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Vosotros os habéis acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.


Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,1.7-14):


Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a éste." Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
Y dijo al que lo había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.»



Palabra del Señor

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