Paz y Bien
La muerte de San Francisco, al atardecer del 3 de octubre de
1226 no llamamos Muerte, sino Tránsito, y la familia franciscana en la víspera
de la fiesta de san Francisco celebra El Tránsito de San Francisco.He aquí
algunos retazos tomado de la Vida de san Francisco, escrita por San
Buenaventura:
El vigésimo año de su conversión Francisco pidió ser
trasladado a Santa María de la Porciúncula para exhalar el último aliento de su
vida allí donde había recibido el espíritu de gracia.
Habiendo llegado a este lugar…, llevado del fervor de su
espíritu, se postró totalmente desnudo sobre la desnuda tierra …
(…) Postrado así en tierra… les dijo: “Por mi parte he
cumplido lo que me incumbía; que Cristo os enseñe a vosotros lo que debéis
hacer”.
(…) Sentados a su alrededor todos los hermanos, extendió
sobre ellos las manos, poniendo los brazos en forma de cruz… bendijo a todos
los hermanos tanto presentes como ausentes.
(…) mandó el varón muy querido de Dios se le trajera el
libro de los evangelios y suplicó le fuera leído aquel pasaje del evangelio de
San Juan que comienza así: Antes de la fiesta de Pascua. Después de esto entonó
él, como pudo, este salmo: A voz en grito clamo al Señor, a voz en grito
suplico al Señor, y lo recitó hasta el fin, diciendo: Los justos me están
aguardando hasta que me des la recompensa.
Cumplidos, por fin, en Francisco todos los misterios,
liberada su alma santísima de las ataduras de la carne y sumergida en el abismo
de la divina claridad, se durmió en el Señor este varón bienaventurado.
(…) Las alondras, amantes de la luz y enemigas de las
tinieblas crepusculares, a la hora misma del tránsito del santo varón,
…llegaron en una gran bandada por encima del techo de la casa y, revoloteando
largo rato con insólita manifestación de alegría, rendían un testimonio tan
jubiloso como evidente de la gloria del Santo, que tantas veces las había
solido invitar al canto de las alabanzas divinas.
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