miércoles, 25 de agosto de 2021

XXII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B - 29 de Agosto de 2021






 

Lecturas XXII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B





  

PRIMERA LECTURA  

Lectura del libro del Deuteronomio 4, 1-2. 6-8






Moisés habló al pueblo, diciendo:

—«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.

No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente".

Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?».

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial: Salmo 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5 

R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R. 

El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R. 

El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente
El que así obra nunca fallará. R.  

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol Santiago 1, 17-18. 21b-22. 27

Mis queridos hermanos:

Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra.

Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas.

Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos.

La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.

Palabra de Dios.

 

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23




En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.

(Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)

Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús

—«¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?».

Él contesto:

—«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:

"Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos".

Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».

Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo:

—«Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer la hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».

Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

En esta controversia de Jesús con los fariseos y escribas que venían de Jerusalén, el propio Jesús les recuerda unas palabras del profeta Isaías:» Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí” (Is. 29,13). Según esta frase vamos a reflexionar sobre lo que significa eso de tener el corazón cerca o lejos de Dios y las consecuencias que esto conlleva.

1.- ¿Qué pasa cuando el corazón humano está cerca de Dios?

Cuando nuestros primeros padres estaban en el paraíso, antes del pecado, Dios estaba cerca de su corazón. “Yahvé bajaba a pasear con ellos a la brisa de la tarde” (Gn.3,8). Todo era bello. Estaban en paz con Dios, con ellos mismos, con los animales y con toda la creación. Cuando el corazón humano está cerca de Dios, nos convertimos en un jardín. Moisés estaba pastoreando el rebaño por el desierto y tuvo una gran visión: Una zarza que ardía sin consumirse. (Ex.3). Imagen sugerente, evocadora de un Dios que arde en llamaradas de amor, en llamaradas de felicidad, en llamaradas de vida. Ese fuego de amor es el que Jesús ha venido a traer a este mundo y quiere “que el mundo esté ardiendo” (Lc. 12,49). Los hombres y mujeres de este mundo necesitamos “arder por dentro” e irradiar amor, alegría, esperanza, ilusión, ganas de vivir.   Por eso necesitamos tener el corazón “cerca de Dios”.

2.- ¿Qué pasa cuando el corazón humano está lejos de Dios? 

El Dios-Amor sólo tiene palabras de amor. Si no puede hablar desde el amor, se calla. Y entonces desaparece la palabra de Dios. Y es precisamente entonces cuando aparece la palabrería humana: los falsos profetas, los hipócritas, los cultivadores de tradiciones humanas y de un culto vacío y viciado. Dios no está de acuerdo y se queja:” “Cuando extendéis las manos para rezar, aparto mis ojos de vosotros; aunque menudeéis una plegaria, no os escucho. Vuestras manos están llenas de sangre. Lavaos, purificaos, alejad vuestras malas acciones de mis ojos. Dejad de hacer el mal, buscad lo que es justo, socorred al oprimido, hacer justicia al huérfano, defended a la viuda” (Is. 1,15s). Cuando uno aparta su corazón de Dios, se rompe la fraternidad y la casa se queda fría, vacía, sin vida de amor.

3.– Lo que sale de dentro.

Con esta frase, Jesús quiere llevar las normas del comportamiento humano al interior de la conciencia, devolviendo así al hombre toda su dignidad. Es la persona la que debe decidir desde dentro con su libertad. Lo dice muy bien el Con.Vat.II “Por su interioridad el hombre es superior al universo entero; a esa profunda interioridad retorna cuando entra dentro de su corazón, donde Dios lo aguarda, escrutador de los corazones, y donde él personalmente, bajo la mirada de Dios, decide su propio destino” (GS. 14). Las cosas han salido buenas de la mano del Creador y no las pueden hacer malas las costumbres y tradiciones de los hombres. “Jesús rechaza la distinción judía entre lo puro y lo impuro, entre una esfera religiosa, separada, en la que Dios está presente y una esfera ordinaria, cotidiana, en la que Dios está ausente. No se nos purifica de la vida cotidiana para encontrar a Dios en otra parte:  se nos debe purificar del pecado que llevamos dentro de nosotros”.

PREGUNTAS

1.- ¿Siento que mi corazón late cerca de Dios? ¿Qué emociones me produce?

2.- ¿Me he sentido, a veces, lejos de Dios conscientemente?  ¿Ha tenido alguna repercusión en mi vida ordinaria?

3.- ¿Soy consciente de la dignidad que Dios me ha dado por el hecho de ser persona? ¿Se lo agradezco?





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