El próximo miercoles día 13 comienza el tiempo de Cuaresma, un tiempo para la conversión del corazón.En las misas de diho día se impondrá la ceniza. Es día de ayuno y abstinencia, la Iglesia nos dice:
El ayuno consiste
en hacer una sola comida fuerte al día.
La abstinencia
consiste en no comer carne. Son días
de abstinencia y ayuno el Miércoles
de Ceniza y el Viernes
Santo.
La abstinencia obliga a partir
de los catorce años y el ayuno de los dieciocho hasta
los cincuenta y nueve años de edad.
Con estos sacrificios, se trata
de que todo nuestro ser (espíritu, alma y cuerpo) participe
en un acto donde reconozca la necesidad de hacer obras con las
que reparemos el daño ocasionado con nuestros pecados
y para el bien de la Iglesia.
El ayuno y la abstinencia se pueden
cambiar por otro sacrificio, dependiendo de lo que dicten las
Conferencias Episcopales de cada país, pues ellas son
las que tienen autoridad para determinar las diversas formas
de penitencia cristiana.
Tambien es un tiempo para meditar las palabras del Santo Padre en su mensaje Cuaresmal al que podeis acceder en la columna lateral. El mensaje de este año muestra cuatro puntos de referencia:
- «La fe como respuesta al amor de Dios».
- «La caridad como vida en la fe».
- «El lazo indisoluble ente fe y caridad».
- «Prioridad de la fe, primado de la caridad».
En el primer punto, «La fe como respuesta al amor de Dios», Benedicto
XVI reitera, como ya destacaba en su primera Encíclica ‘Deus caritas
est’, que «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una
gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona,
que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación
decisiva... Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn
4, 10), ahora el amor ya no es sólo un « mandamiento », sino la
respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro».
En el segundo punto se manifiesta como «con la fe se entra en la amistad con el Señor» y que «con la caridad se vive y se cultiva esta amistad».
En el tercer punto, «El lazo indisoluble ente fe y caridad», Benedicto
XVI advierte que «para una vida espiritual sana es necesario rehuir
tanto el fideísmo como el activismo moralista», y luego señala que «la
existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del
encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la
fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos y
hermanas con el mismo amor de Dios».
En el cuarto punto de su mensaje cuaresmal, «Prioridad de la fe, primado
de la caridad». Y tras referirse al bautismo – sacramento de la fe - y
la Eucaristía – sacramento de la caridad – el Santo Padre subraya que
«la fe precede a la caridad, pero se revela genuina sólo si culmina en
ella».
Que nuestro Padre San Francisco, nos ayude a vivir este tiempo con el desprendimiento, la humildad y el amor con el que él vivio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario