Que Dios os bendiga, a vosotras madres, las más hermosas del
mundo, las que tenéis ese corazón encantador generoso y transparente. Si nos
paramos un momento a reflexionar y hacemos conciencia de lo que una madre es
capaz de hacer por sus hijos, solo
podemos decir ¡Gracias a Dios por esa madre a la que quizás no he sabido
comprender!.
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