domingo, 3 de marzo de 2019

Una ayuda para vivir la Cuaresma


La Encarnación:

La historia de Jesús, es  una historia de amor que comienza con la Encarnación. La Encarnación tiene su origen en el amor de Dios por los hombres: «en esto se manifestó el amor que Dios nos tiene, en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de El» (1 Jn 4, 9). La Encarnación es la demostración por excelencia del Amor de Dios hacia los hombres, ya que en ella es Dios mismo el que se entrega a los hombres haciéndose partícipe de la naturaleza humana en unidad de persona.

Conciencia de su misión:

La vida de Jesús testifica la conciencia de su relación filial al Padre. Su comportamiento y sus palabras, que son las del «servidor» perfecto, implican una autoridad que supera la de los antiguos profetas y que corresponde sólo a Dios. Jesús tomaba esta autoridad incomparable de su relación singular a Dios, a quien él llama «mi Padre». Tenía conciencia de ser el Hijo único de Dios y, en este sentido, de ser, él mismo, Dios. Después de treinta años de vivir una vida sencilla, de trabajo, de familia, Jesús emprende el camino.Deja todo atrás y comienza su vida pública. Tres años dedicados a cumplir su misión, predicando, curando, enseñando. Ha llegado el momento de anunciar el Reino de Dios, de dar las pistas necesarias para alcanzar la salvación.

Camino del Jordan:

Jesús -un desconocido- toma el camino del Jordán. Deja Nazaret, y todos sus recuerdos. Lo deja impulsado por el Espíritu Santo, y consciente del gran reto del amor, que es redimir. Sabe que tiene que comprar a gran precio la vida de los hombres y camina decidido.Deja Jesús en Nazaret muchas horas de oración en silencio amoroso, en canto de salmos y oración pública con José y con María. Deja el suave obedecer, donde el mandato más fuerte es “por favor”. Donde todos obedecen a todos, aunque siguiendo el orden que quiso el Padre eterno, y el Hijo quien más obedece, y está más sujeto, pues ama con esa libertad que todo puede.camina decidido, pues el amor ha madurado en aquella casa es el que le lleva, diciendo de nuevo: "¿No sabéis que debe dedicarme a las cosas de mi Padre" (Lc 2,41-52).El camino desciende por la feraz llanura de Esdrelón; se acerca por Samaria al río Jordán, y allí en silencio peregrino se dirige al lugar dónde está Juan cerca de Judea, va buscando al nuevo profeta que clama en el desierto.

El Bautismo de Jesús:

Jesús avanza decidido entre el grupo de peregrinos que viene de Galilea; se coloca ante Juan que lo reconoce, y comienza un breve diálogo. Jesús ha llegado al Jordán para ser bautizado por Juan. Pero éste se resiste diciendo: "Soy yo quien necesita ser bautizado por ti, ¿cómo vienes tú a mí?"
Desciende a las aguas ante Juan. En aquellos momentos el inocente de todo pecado asume todos los pecados de los hombres. Los miles de millones de pecados de los hombres caen sobre sus espaldas, y los asume haciéndose pecado, como si fuesen suyos, sin serlo. Esta decisión libre le costará sangre y sudor, amor difícil, amor total que llegará a estar crucificado, hasta dar la vida por todos.

El Desierto :

Jesús es llevado por el Espíritu al desierto para un gran combate; va a asumir su vocación de Mesías con toda su plenitud humana. Jesús vive la experiencia religiosa en una forma de espiritualidad extrema. Muchos hombres religiosos se han sentido llamados al silencio de modo que su espíritu se expanda en una relación con Dios, sin que nada distraiga esa tensión. Muchos han experimentado el ayuno como una forma de purificación en que el cuerpo extingue sus pulsiones para que el espíritu emerja. En el antiguo hinduismo era frecuente esa acción, como también en el budismo también aunque sin llegar a tanto extremo. Siempre han existido eremitas, en todas las culturas religiosas. Cristo asume la espiritualidad religiosa de los más religiosos de los hombres.

El Demonio:

En esa tensión se dan las tentaciones que se prolongarán a lo largo de su vida, pero que aquí se plantean con gran crudeza: el diablo, como enemigo lúcido que plantea los verdaderos problemas, será el padre de la mentira, que intentará disuadir a Jesús de su misión. Este agente oscuro es tan importante en la vida de los hombres, que si se excluye no se entienden problemas como el mal y el bien, ni mucho menos el Evangelio de Jesucristo. El demonio es un ser vivo, creado, inteligente, pero pervertido y pervertidor. Él se rebela contra Dios de un modo lúcido y consciente, y encuentra en ese orgullo un gozo amargo y triste al tiempo. En sus tentaciones, no tratará solamente de investigar quién es Jesús, ni en un juego intelectual habilidoso, aunque lo es, sino de plantear su propia tentación al hombre que ha sido llamado el Hijo Amado que trae el bautismo de fuego superior al bautismo de agua. El diablo no cree que un hombre pueda amar más allá del amor propio y se lo va a decir claramente a Jesús, no sin engaños y con métodos capciosos.

Las Tentaciones:

Las tentaciones se dan tras cuarenta días y cuarenta noches de oración y ayuno. Siente hambre, se agota, experimenta las limitaciones del cuerpo, la mente también es influida por el cansancio y el hambre y la soledad.Satanás elige el momento más adecuado para tentarle, aquel en que está debilitada la humanidad. Ahí, en situación extrema, es donde se verá si Cristo acepta el reto que le va a plantear.

"Entonces fue conducido Jesús al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. 

Después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, sintió hambre. Y acercándose el tentador le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. El, respondiendo, dijo: Escrito está:
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios.

Luego, el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso sobre el pináculo del Templo. Y le dijo: Si eres Hijo de Dios, arrójate abajo. Pues escrito está:
Dará órdenes acerca de ti a sus ángeles,para que te lleven en sus manos,no sea que tropiece tu pie contra alguna piedra.
Y le respondió Jesús: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. 

De nuevo lo llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: Todas estas cosas te daré si postrándote me adoras.
Entonces le respondió Jesús: Apártate Satanás, pues escrito está:

Al Señor tu Dios adorarás
y a El sólo darás culto"(Mt 4,1-11).

Tras la respuesta de Jesús, lo dejó el diablo, y los ángeles vinieron y le servían". Es el primer triunfo en la primera batalla en el interior de Cristo y vence. Los ángeles, que también habían vencido, se alegran con el triunfo del Hombre, y le consuelan. Pero la suerte está echada; las batallas seguirán de un modo casi continuo hasta el final especialmente en la Pasión.


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