jueves, 6 de enero de 2022

Solemnidad de de la Epifanía del Señor. - Dia de los Reyes Magos - 6 de enero de 2021




Lecturas bíblicas para la Solemnidad de de la Epifanía del Señor.

  
“Vieron al niño con María su madre y, postrándose, le
adoraron”.

 PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 60, 1-6

¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!

Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos,
pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti;
y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora.

Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti:
tus hijos llegan de lejos,a tus hijas las traen en brazos.

Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará,
cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar, y te traigan las riquezas de los pueblos.

Te inundará una multitud de camellos, los dromedarios de Madián y de Efá.

Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 71

R. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes:
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.

Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributos;
que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones,
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan. R.

Porque él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 2-3a. 5-6

Hermanos:

Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro.

Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio.

Palabra de Dios.

 EVANGELIO

2 cruzLectura del santo evangelio según san Mateo 2, 1-12




Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes.

Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:

—«¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo».

Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.

Ellos le contestaron:

—«En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta:

«Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres ni mucho menos la última
de las ciudades de Judá;
pues de ti saldrá un jefe
que será el pastor de mi pueblo Israel»».

Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:

—«Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo».

Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.

Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.

Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor.



REFLEXIÓN

El camino de los Magos es el auténtico camino de la fe. Siempre hay “una luz” que viene de lo alto, “un camino” nada fácil de recorrer y “una meta”: La adoración.

1.- Vimos la estrella en Oriente. Confucio, célebre pensador chino que vivió en el siglo VI antes de Cristo, nos dejó este proverbio: “Cuando el sabio apunta con el dedo la luna, sólo el necio se queda mirando el dedo”. Desde que se escribieron los evangelios  ha habido muchos necios que, ante la estrella de los magos, se han quedado mirando el dedo de las apariencias externas y no han descubierto el significado profundo de los hechos.

Sabemos que los evangelios de la infancia se escribieron al final y están coloreados por la experiencia de Pascua. Esa estrella maravillosa que alumbra en el cielo es Cristo Resucitado, que no puede ser patrimonio de un solo pueblo, el pueblo judío, sino de todos los pueblos. Hoy es la fiesta de todos los que creemos en Jesús, aunque no seamos judíos. Fiesta grande, fiesta universal, fiesta de la Humanidad. Pero hay que “mirar al cielo” y descubrir la estrella “para llenarnos de alegría”.

2.- Y venimos. Los Magos se pusieron de camino. Y en el camino de la fe hay que dejar las comodidades materiales y entrar a formar parte en la caravana de los “buscadores de Dios”. Es verdad que la “estrella de Dios” brilla, seduce, fascina y te lanza a una búsqueda apasionante. Pero no es menos verdad que, cuando menos lo esperas, esa estrella “desaparece”. Y corres el riesgo de desanimarte, tirar la toalla y desandar el camino. Lo expresaba bellamente Ortega y Gasset: “En la órbita de la Tierra hay perihelio y afelio: un tiempo de máxima aproximación al sol y un tiempo de máximo alejamiento. Algo parecido ocurre con la mente respecto a Dios. Hay épocas de “odium Dei”, de gran fuga de lo divino, en que esa enorme montaña de Dios llega casi a desaparecer del horizonte. Pero al cabo vienen sazones en que súbitamente, con la gracia intacta de una costa virgen, emerge el acantilado de la divinidad. Y se grita ¡DIOS A LA VISTA!” (El espectador).  

Dios es presencia y ausencia.

 Y una ausencia “sentida” es un modo de presencia.

Tal vez uno de los males de nuestro tiempo

es que “no siente” la ausencia de Dios.

“Bueno es saber que los vasos nos sirven para beber;

lo peor es que no sabemos para qué sirve la sed”

(Antonio Machado).

3.- A adorarle. “El hombre ha nacido para adorar a Dios”. Es el principio y fundamento de los ejercicios de San Ignacio. Si unimos esta frase con la de San Juan de la Cruz: “El hombre ha nacido para la unión con Dios”, debemos concluir que a máxima unión con Dios, máxima realización de la persona. Cuando, como los magos de Oriente, caemos de rodillas ante Dios y le adoramos, nos vaciamos de nuestro egoísmo personal, nos descentramos de nosotros mismos, y nos llenamos de Dios poniéndolo en el centro de nuestra existencia, ahí  se acaba el orgullo y la soberbia de querer ser “como Dios”. En eso consiste el pecado.  Adorar es aceptar con gozo nuestra situación de criaturas y, bien orientadas hacia Dios, nuestro Creador,  disfrutar de Dios y de toda su creación, obra de su amor. Y queremos traer aquí unas palabras del Papa Francisco con motivo de la fiesta de la Epifanía: «Para adorar al Señor es necesario ver más allá del velo de lo visible, que frecuentemente se revela engañoso»,  El Santo Padre subrayó que este modo de “ver” que trasciende lo visible, «hace que nosotros adoremos al Señor, a menudo escondido en las situaciones sencillas, en las personas humildes y marginales. Se trata pues de una mirada que, sin dejarse deslumbrar por los fuegos artificiales del exhibicionismo, busca en cada ocasión lo que no es fugaz». (6-enero-2021).

PREGUNTAS

1.- ¿Soy capaz de descubrir “estrellas”, es decir, señales, guiños, que Dios me hace para que yo le siga?

2.- ¿Me siento llamado a esa maravillosa aventura de buscar a Dios? ¿Me desanimo en esa búsqueda?

3.- ¿Alguna vez me he quedado asombrado ante una bonita puesta de sol, ante la inmensidad  de los mares, ante una noche con un cielo sereno, tachonado de estrellas? En esos momentos, ¿no me han dado ganas de ponerme de rodillas?





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