miércoles, 22 de septiembre de 2021

XXVI Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B - 26 de Septiembre de 2021

 


Lecturas XXVI Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

 


 

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro de los Números 11, 25-29








En aquellos días, el Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar enseguida.

Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento.

Un muchacho corrió a contárselo a Moisés:

—«Eldad y Medad están profetizando en el campamento».

Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino:

—«Señor mío, Moisés, prohíbeselo».

Moisés le respondió:

—«¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 18, 8. 10.12-13. 14 

R. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 1-6





Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado.

Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego.

¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final!

El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos.

Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.

Palabra de Dios. 

EVANGELIO

cruzLectura del santo evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47-48





En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:

—«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros».

Jesús respondió:

—«No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga.

Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno.

Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos la infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».

Palabra del Señor. 


REFLEXIÓN

 1.– Primera lectura: Dios no quiere que el poder se concentre en una sola persona (Num. 11,25-29).  

En este bello texto hay una queja de Moisés a Dios: “Este pueblo es demasiado pesado para mí. No puedo cargar yo solo con él”. Y Yahvé le da la solución:” Reúneme setenta ancianos de Israel…tomaré parte del espíritu que hay en ti y lo pondré en ellos para que lleven contigo la carga del pueblo”. Y, en cuanto se posó sobre ellos el espíritu se pusieron a profetizar. Notemos que el que tiene el poder es Moisés, el gran legislador de Israel, aquel “que hablaba con Dios cara a cara, como un amigo habla con su amigo” (Ex. 33,11).  Es voluntad de Dios que no sólo los malos legisladores, ni los mediocres, sino también los buenos, los elegidos directamente por Dios, repartan responsabilidades. El Papa debe compartir responsabilidades con los Obispos; éstos con los sacerdotes y éstos con sus fieles. La Iglesia de Jesús debe ser “circular” y no “piramidal”. Una imagen bonita de Iglesia es una mesa redonda donde Jesús está en medio como el Importante y los demás alrededor, participando de su pan y de su vino. El Papa Francisco habla de la descentralización de la Iglesia, de una Iglesia “Sinodal” que “juntos, hacen el mismo camino”.

2.– Segunda lectura: Dios no quiere que las riquezas se acumulen en unas solas manos.

El apóstol Santiago lanza terribles amenazas a los que se han enriquecido con el sudor de los obreros. “El jornal defraudado a los obreros está clamando contra vosotros”. Nos viene a decir que “las aguas estancadas se corrompen” y los “vestidos que no se comparten con los que están desnudos, se apolillan”. El plan de Dios es que los bienes de este mundo lleguen a todos. Es un escándalo que una persona, por el hecho de haber nacido en el primer mundo tenga de todo y otra, por haber nacido en el tercero, no tenga de nada. Parece que lo importante al nacer es acertar con el lugar. El hecho de nacer, de ser persona, de estar hecho a imagen y semejanza de Dios, no sirve para nada. La vida así concebida es una lotería y, como toda lotería, son pocos los agraciados. Yo que he vivido doce años en Bolivia, caigo en la cuenta de que el problema del hambre y de las necesidades más elementales, fácilmente se podrían solucionar “con lo que a nosotros nos sobra”.   Por eso, después de la multiplicación de los panes y de haberse saciado todos, Jesús, les dice: «recoged lo que ha sobrado y que nada se pierda” (Juan 6,12).

 3.– Evangelio: A Jesús no le gusta que algún grupo religioso se arrogue el monopolio de la fe.  

En la primera lectura, además de lo dicho, hay algo muy importante: Dos del grupo de los setenta no estaban con los demás cuando Moisés repartió el espíritu. Eran Eldad y Medad. A pesar de todo, también ellos profetizaron. Y Josué, hijo de Nun, pidió a Moisés que se lo prohibiera. Las palabras de Moisés son impresionantes: ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara!  Encajan perfectamente con la actitud de Jesús. Desde el momento que Jesús nos ha enseñado a rezar diciendo PADRE NUESTRO, ¿Se puede decir de alguien que ése no es de los nuestros?  Los nuestros son todos los que son del Padre Dios “que hace salir el sol sobre buenos y malos”. (Mt. 5,45).  No se trata simplemente de tolerar lo malo que hay en los otros. Se trata de apreciar todo lo que hay de bueno en los demás. «La esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar”. Es esa tendencia tan común de mejorar al vecino, de enmendar a la esposa, de hacer ingeniero al niño o de enderezar al hermano en vez de dejarles ser” (Escritor israelí Amos Oz.) Los fanáticos, los fundamentalistas, suelen ser agresivos.  Daba en el clavo también el físico Andréi Sajarov cuando decía que «la intolerancia es la angustia de no tener razón».

PREGUNTAS

1.- ¿Me creo una persona imprescindible?  Cuando llega el momento de mi jubilación, ¿Sé dar paso a otro?  ¿Lo hago con gusto o con resignación?

2.- ¿Estoy convencido de que el verbo compartir es esencial al cristianismo? ¿O me gustan más los verbos: retener, atesorar, acumular?

3.- ¿Estoy abierto a las personas que no piensan como yo?  ¿Me gusta complementarme con la verdad del otro?


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