ADVIENTO: TIEMPO DE ALEGRE ESPERA
Estimados
hermanos: Paz y Bien.
Con la
Solemnidad de Cristo, Rey del Universo, terminamos el año litúrgico.
Este año ha
sido, para toda la Comunidad Parroquial y la Familia Franciscana, especialmente
gozoso y emocionante, ya que el domingo pasado, nuestro Arzobispo D. Carlos
Escribano, consagraba el Altar y el Templo Parroquial.
Demos
gracias a Dios por este gran DON que
nos ha hecho.
Con el Tiempo de Adviento, comenzamos un nuevo
año Litúrgico, que nos va a invitar a ejercitar la paciencia y sobre todo la esperanza, dos actitudes
que parecen que están olvidadas en el baúl de los recuerdos.
En nuestro
mundo de prisas, de corridas y
siempre contra reloj.
Este tiempo
nos invita a fijarnos en nuestros hermanos los labradores, qué con toda
paciencia, esperan el fruto de lo que han sembrado, con mucha ilusión y saben
esperar a que el fruto sea abundante.
Del
labrador podemos aprender a ser pacientes, a saber esperar u confiar en el
Dueño de la vida, y que sabe dar los frutos a su tiempo.
El Tiempo
de Adviento siempre es de alegre espera.
Esperamos “al Señor Que viene”.
Viene a nosotros en la pequeñez de "un niño envuelto en pañales" acostado en un
pesebre.
Esperamos
al “Enmanuel” el Dios con nosotros.
La esperanza siempre va acompañada de la paciencia, la cual necesitamos para no
desfallecer, y mantenernos de pie que es la postura del cristiano, que sabe aguardar a su Señor que viene, que ha venido y
que vendrá.
Asimismo,
os animo como ha hecho S.S el Papa Francisco, a permanecer
“vigilantes en la oración” y a
repetir en este tiempo de Adviento, junto a la Virgen, "Ven, Señor Jesús", para así como
pedir a la Virgen María, que nos
acompañe en el camino del Adviento porque “ella
esperó al Señor con un corazón vigilante”.
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