sábado, 4 de diciembre de 2021

II Domingo de Adviento Ciclo C - 5 de diciembre de 2021.

 



Lecturas II Domingo de Adviento Ciclo C

 


                  Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos


 PRIMERA LECTURA   

Lectura del libro de Baruc 5, 1-9





Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción y vístete las galas perpetuas de la gloria que Dios te da, envuélvete en el manto de la justicia de Dios y ponte en la cabeza la diadema de la gloria del Eterno, porque Dios mostrará tu esplendor a cuantos viven bajo el cielo.

Dios te dará un nombre para siempre: «Paz en la justicia» y «Gloria en la piedad».

Ponte en pie, Jerusalén, sube a la altura, mira hacia el oriente y contempla a tus hijos, reunidos de oriente a occidente a la voz del Santo, gozosos invocando a Dios.

A pie se marcharon, conducidos por el enemigo, pero Dios te los traerá con gloria, como llevados en carroza real.

Dios ha mandado abajarse a todos los montes elevados y a las colinas encumbradas, ha mandado llenarse a los barrancos hasta allanar el suelo, para que Israel camine con seguridad, guiado por la gloria de Dios.

Ha mandado al boscaje y a los árboles aromáticos hacer sombra a Israel.

Porque Dios guiará a Israel con alegría a la luz de su gloria, con su justicia y su misericordia.

Palabra de Dios. 

Salmo responsorial: Salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6

R. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 1, 4-6. 8-11






Hermanos:

Siempre que rezo por todos vosotros, lo hago con gran alegría.

Porque habéis sido colaboradores míos en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta hoy.

Ésta es mi convicción: que el que ha inaugurado entre vosotros una empresa buena la llevará adelante hasta el día de Cristo Jesús.

Testigo me es Dios de lo entrañablemente que os echo de menos, en Cristo Jesús.

Y esta es mi oración: que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores.

Así llegaréis al día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, a gloria y alabanza de Dios.

Palabra de Dios. 

EVANGELIO

2 cruzLectura del santo evangelio según san Lucas 3, 1-6





En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:

«Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale.

Y todos verán la salvación de Dios». 

Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

Todos sabemos que en gramática hay una oración principal y otras subordinadas. En este evangelio la principal es ésta: Vino la Palabra de Dios sobre Juan”. La gran protagonista es la Palabra. La palabra es propia de las personas. Los animales dan gemidos, pero no articulan palabras.  En una familia es un acontecimiento cuando un niño rompe a hablar y dice mamá, papá.  La gran diferencia entre el Dios verdadero y los dioses falsos es que los falsos dioses: tienen ojos y no ven; tienen oídos y no oyen; tienen boca y no hablan. El verdadero Dios es un Dios que habla. “Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo” (Heb, 1,1). ¿Cómo es esta Palabra de Dios?

1.– ES PALABRA HISTORICA.  El evangelista Lucas ha tenido un cuidado especial en insertar la persona de Jesús dentro de un contexto geográfico-histórico bien definido: Habla de ciudades y personajes bien conocidos en la Geografía e Historia universal:  Habla de Herodes de Galilea, de Felipe de Iturea, de Lisanio de Abilene etc.  Que nadie venga después diciendo que la persona de Jesús es un “personaje mítico”, invento de los hombres. Que vaya a la historia y compruebe.  Pero hay más. Este Jesús no va a crear un grupo individualista, intimista. Su Palabra debe penetrar no sólo en las personas sino en las estructuras civiles y religiosas. Por eso aparecen los personajes políticos (Tiberio, Herodes, Pilato) y los religiosos. (Anás, Caifás). La experiencia nos dice que no basta con que cambien las personas si no cambian también las estructuras.

2.– ES PALABRA DINAMICA. San Pablo comienza su carta a los Romanos con estas briosas palabras: «No me avergüenzo del Evangelio que es “fuerza” de Dios para la salvación de todo el que cree” (Ro. 1,18). No se trata de una mera fuerza moral sino “salvífica” capaz de “allanar senderos, rellenar valles, rebajar montañas”. Y, para esa labor, es necesaria la “dinamita”. Todavía queda dentro de nosotros montones de soberbia, de vanidad, de orgullo. Una Comunidad cristiana que escucha la Palabra de Dios, se tiene que notar en la vida. Debe aportar verdad. (Donde hay un cristiano auténtico no hay corrupción ni chanchullos).   Debe aportar libertad. En el cristianismo se critica la “disciplina de voto” que domestica a las personas y no les deja votar lo que ellos piensan. Debe aportar “justicia”.  Jesús ha venido a este mundo para hacer un mundo de “hermanos”. Dios no quiere que se muera la gente de hambre, o de miseria.

3.– ES PALABRA ENCARNADAUna de las frases más estremecedoras del evangelio aparece en el prólogo de San Juan cuando dice: “La Palabra se hizo carne”.  La palabra en Jesús se hizo “vida” “acontecimiento” “historia”. Lo más contrario a la Palabra de Dios es que se convierta en mera palabrería humana. La Palabra de Dios nos debe cambiar del todo. Y la palabra de Dios la entendemos cuando la ponemos en práctica. Si nos limitamos a escuchar la palabra de Dios y no la llevamos a la práctica, convertimos la vida en “casa edificada sobre arena”. Si la ponemos en práctica, sabemos que estamos edificando sobre “roca firme”. (Mt. 7,24-27). San Pablo se dejó trabajar tanto por la Palabra de Dios que, al final, ni él mismo se conocía: “Vivo yo?  No. Es otro quien vive en mí” (Gal. 2,20). Este es el verdadero efecto de la palabra de Dios.

PREGUNTAS

1.- ¿Me da alegría el pensar que Jesucristo es un personaje que pertenece a nuestro mundo, a nuestra historia? ¿Le doy gracias?

2.- ¿Creo en la fuerza de la Palabra de Dios para cambiarme?  ¿Estoy convencido de que, si no cambio, es porque no quiero yo cambiar?

3.- ¿Dejo que la Palabra de Dios se convierta en “carne de mi carne y vida de mi vida?





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